Ayer estuvimos viendo con Clauz una de esa películas polémicas. Y la considero así porque acusa a la industria farmacéutica de manipular datos de la investigación clínica para beneficio económico. Creo que no es tan malo como lo muestra la película pero es evidente que hay mucho interés económico en ese sector.
Pero la grata sorpresa no fue por esa película sino por el corto colombiano que dieron antes. Una producción evidentemente caleña, se nota por la forma de hablar, pero con un manejo de la imagen y de la cámara bien chévere. Se llama tricolor fútbol club. La historia como siempre no es impresionante pero la mezcla de la imagen real con elementos de animación lo hace un muy buen ejercicio. A veces los cortometrajes colombianos son tan pobres que entre los que conozco éste sobresale gratamente.
Podríamos hacer un blog dedicado solamente a gratas sorpresas. Pero prefiero dejarlos en éste que recibe todo tipo de publicaciones: políticas, personales, artíticas y de todo lo que se ocurra.
Pero la grata sorpresa no fue por esa película sino por el corto colombiano que dieron antes. Una producción evidentemente caleña, se nota por la forma de hablar, pero con un manejo de la imagen y de la cámara bien chévere. Se llama tricolor fútbol club. La historia como siempre no es impresionante pero la mezcla de la imagen real con elementos de animación lo hace un muy buen ejercicio. A veces los cortometrajes colombianos son tan pobres que entre los que conozco éste sobresale gratamente.
Podríamos hacer un blog dedicado solamente a gratas sorpresas. Pero prefiero dejarlos en éste que recibe todo tipo de publicaciones: políticas, personales, artíticas y de todo lo que se ocurra.
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