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Mostrando las entradas de marzo, 2005

Aprendiendo a escribir

He venido dándome cuenta que mucho de lo que escribo es a partir de alguna lectura que me hace pensar. ¿Me volveré monotemático? Esta ocasión se debe a que estoy leyendo un libro llamado "Defensa apasionada del Idioma Español" de Álex Grijelmo y en él ha estado mencionando errores comunes que encontramos en los diarios especialmente por calcos que hacemos de otros idiomas y se van volviendo costumbre en español (mala costumbre). Y me entra la inquietud, yo que estoy escribiendo ahora de nuevo y atreviéndome a publicar, puedo estar cometiendo cientos de esos errores sin saberlo. Andrés Huratdo escribía sobre un tema parecido en su columna de hoy en El Tiempo y advertía que muchas veces esos errores son por absoluta ignorancia y ni siquiera imaginamos que podemos cometerlos He reconocido en mis escritos el uso excesivo de la partícula "que". A veces hago el esfuerzo de evitarlo pero él (¿o ella?) se escurre sin ser visto y aparece donde menos lo espero. A veces tambié

Agonía de 15 días o 15 años

22 de marzo de 2005 Hace unos días venimos oyendo sobre el caso de una mujer enferma en Estados Unidos (Terri Schiavo) en estado de parálisis cerebral o alguna enfermedad que la ha tenido postrada por 15 años. Su esposo (o ex esposo porque ya se casó de nuevo) solicitó a un juez el permiso de retirarle la alimentación y dejarla morir. El juez autorizó retirar las sondas por las cuales era alimentada y los padres de ella se han opuesto a que su hija muera de hambre y han interpuesto las acciones legales que han considerado apropiadas para evitarlo. Obviamente no conozco en detalle la historia pero me pongo a pensar sobre si tenemos derecho como humanos a matar de hambre a otra persona. ¿Estamos pensando en ella o en nosotros? Ella no puede comunicarse y no sabemos si entienda algo de lo que está pasando. Su esposo asegura que alguna vez antes del accidente que la envío a la cama por 15 años dijo que prefería morir a estar en esta situación y ese es el argumento que logró la autorización

Huyendo

20 de marzo de 2005 Ayer encontré una noticia que me sacudió. En Manizales unos hombres fueron hasta la oficina de un congresista y lo abalearon junto a quien estaba con él. Aunque esta parte de la noticia es impactante lo que me afectó fue lo de la persona que acompañaba al congresista. Había pedido una cita con él para pedirle le ayudara a conseguir rural, era un estudiante de medicina a punto de terminar y necesitaba ubicarse pronto en su año rural obligatorio. Pidió cita con el congresista y lo sorprendió la muerte sin habérselo esperado. Aunque en general nadie espera su muerte, este hombre pidió cita con ella, la cumplió y la puntual muerte lo atendió, debidamente. Esa mañana al salir “no sabía que la luz de esa clara mañana era luz de su último día” [*] En el mismo periódico donde estaba esta noticia encontré otra en la que el escritor colombiano Santiago Gamboa hablaba sobre su más reciente novela y al hablar de sus personajes decía algo como “todos huyen de algo”. ¿Huimos todo

Congolos, Gallinazos o Recortados

9 de enero de 2005 Hoy que es el sexto aniversario de la muerte de mi papá he estado tratando de recordar las historias que él nos contaba. La que más recuerdo (y también la que menos porque los detalles se han disuelto a través del tiempo) es la de las tres grandes ramas de familias Duque que vivían en Samaná. Eran los Congolos, los Gallinazos y los Recortados. Al menos así los llamaban. No tenían relación de parentesco entre sí. Recuerdo que los recortados eran llamados así por su baja estatura, no recuerdo nada de los Congolos y los Gallinazos y creo que nosotros venimos de la rama de los gallinazos. Habrá que ver si es cierto. Recuerdo también la historia del año nuevo de 1953 en que la “chusma” tomó por asalto la base aérea de palanquero y un sargento borracho que estaba de permiso y fue a pasar la noche en la base fue quien se apersonó de la ametralladora y en fin de cuentas salvó las instalaciones. Recuerdo las descripciones de las heridas de bala y cómo fueron oficiales de la b

La alegría de la vida

En enero de 1999 mi papá acababa de morir. Estábamos velándolo en la funeraria de Cristo Rey en la 99. En una ocasión durante esos días salimos Julián, Gonzalo y yo y nos encontramos a charlar afuera de la funeraria y encontramos un embolador al cual le pedimos nos lustrara los zapatos a los tres. Hablamos con él, una muy buen persona. Cada embolada costaba algo como mil doscientos pesos, muy barato incluso para la época. Alguno de los 3 sacó un billete de cinco mil, le pagó y le dijo que podía quedarse con las vueltas. Aún recuerdo la alegría y el agradecimiento de este señor. Cuando eventualmente recuerdo este caso me pongo a pensar cómo podemos alegrarle el día a alguien con pequeños detalles, pequeños para mi, grandes para ellos. Como cuando en una época navideña en Unicentro estaba viendo algunas cosas en un puesto de UNICEF. Después de pagar las compras se me ocurrió despedirme con la frase “que tenga una feliz navidad”. Una cliente que estaba a mi lado me miró sorprendida y el s

Ilusiones y Esperanzas

13 de noviembre de 2004 Hoy me duele escribir. Más que una figura poética en realidad tengo un absceso en el dedo corazón de mi mano derecha y el ejercicio de escribir es doloroso. Por lo demás no hay dolor sino esperanzas e ilusiones. Hoy empiezo mi nueva vida con Clauz, hoy dejo de ser yo solo para ser parte de un cuerpo formado por dos personas. Y mis sueños me muestran una vida larga en su compañía, hasta que la muerte nos separe como aprendimos en las novelas. Hoy quiero volver a las ilusiones de mi infancia, hoy más que nunca quiero que Mauricio el niño se haga presente porque pienso que solamente si él me muestra las caras bonitas de la vida podremos lograr el sueño. Todos me dicen que será difícil y al mismo tiempo maravilloso. Los ojos del niño como un calidoscopio me mostrarán todo lleno de destellos y colores sin importar lo duro y difícil. Siempre habrá luz en el túnel, no solo al final sino en todo su trayecto. La juventud es idealista. Esos ideales vuelven en la vejez con

Nada es como parece

La primera noción que tengo de lo relativa que puede ser la realidad, de que no hay una sola verdad sino tantas verdades como opiniones haya involucradas sucedió hace bastantes años, mientras iba en una buseta por la Avenida Caracas. Fue antes de la troncal Caracas, mucho antes de Transmilenio, cuando los árboles y no el concreto abundaban en esa avenida. Una señora detuvo el vehículo, se asomó por la puerta sin subirse. Tengo que aclarar que mi ruta tomaba por la calle 80 y en esa época había transporte que para llegar a su destino, podía ser el mismo sitio, tomaba la calle 68 o la 80. La señora, aún en la calle y con voz suficientemente fuerte para que escucháramos, preguntó al conductor: “Señor, ¿va por la 68? No señora, por allá no voy. Ah, bueno. Entonces sí me sirve.” Los que íbamos adentro apenas pudimos reírnos. Desde entonces no se me olvida este sucedido el cual me enseñó que nada es como parece.

En Medio del Ruido

30 de Octubre de 2004 Durante los últimos días he estado descubriendo cuán inmerso me encuentro entre el ruido del diario trasegar, especialmente el que nos llega por las noticias. En la última semana he descubierto rasgos de diferentes temas entre la mezcolanza que fluye por mi cabeza y espero pase sin quedarse en ella demasiado tiempo. Cabrera y Rentería, Serie Mundial, la maldición del Bambino, Kerry y Bush, Irak, elecciones, encuestas, también empates técnicos. A propósito de encuestas también estuve un rato empantanado en los resultados de la encuesta de valores y ambiente laboral de Pfizer (bastante ruidosa por llamarla de alguna manera). Y sigo con la lista: negociación con Paras, negociación del TLC, negociación de Teleoperadores con CNN, intercambio humanitario, corrupción, El secretario de la OEA, expresidente de Costa Rica preso por recibir “coimas”... Todo esto sin contar el ruido mismo que yo introduzco en el ambiente, en mi intranquilidad. Todo esto del ruido emp

En los últimos días

En los últimos día he visto cómo la vida se encarga de dar respuesta rápida a mis pedidos, ruegos que a veces yo mismo no me entero que hago. Y me ha mostrado cómo estamos interconectados con los amigos, la familia e incluso con los extraños de una manera generalmente incomprensible y lo mejor que podemos hacer es aceptarla como tal. "Cuando mi Dios no viene manda el muchachito" ha sido una de las frases más famosas que mi mamá repite cuando la vida nos muestra esa solución que tanto ansiamos. Y a mi me ha mandado todo un jardín infantil lleno de muchachitos para mostrarme "que la vida es bonita y en colores", como dice Silvio. Y a pesar que por la ventana vea que en Bogotá ha empezado a llover de nuevo, el cielo me ha mostrado mil cosas a las que puedo recurrir cuando estoy inmerso en la niebla. Yo escogeré cuál faro encender, incluso puedo tener varios. Se que cualquiera me va a llevar por el camino correcto. 26 de abril de 2004

Mis compromisos

Apreciado lector No pretendo establecer controversia con los artículos o textos publicados en este sitio. Simplemente es una forma que utilizo para publicar lo que pienso (o pensaba, si he cambiado de opinión) y cómo veo las cosas desde la mitad de la barahunda que nos envuelve en estos tiempos. Hay tanto ruido en lo que nos llega que seguramente lo recibimos distorsionado o incompleto. Esta es una versión distorsionada e incompleta de mi realidad y tal vez haya alguien que concuerde con ella en algunas cosas. No se pretende dictar cátedra ni ser dogmático, especialmente porque muchos temas serán muy personales de tal forma que no hay dogma que valga. Bienvenido, disfrute los textos y por favor no los copie ya que son de mi inspiración y sería como secuestrar a mis hijos.