Tengo la maña de no perderme las conversaciones ajenas y muchas veces tengo que morderme los labios para no intervenir cuando el tema es especialmente interesante. Me sucede en ascensores, restaurantes, en la portería de mi edificio o en cualquier bus. Mi hermana Laura tiene una afición parecida y cuando vamos los dos podemos empezar a hablar entre nosotros de las conversaciones ajenas sin que nos hayamos puesto de acuerdo. Uno de nosotros opina o comenta sobre la charla de la mesa vecina y el otro le sigue el tema como si hubiéramos estado hablando de eso tiempo atrás.
Opinar en los blogs es para mí como meterme en las conversaciones ajenas, solo que en ellos me invitan a participar. Me encanta meter la cucharada así sea para decir "estoy de acuerdo".
Pero cuando siento que intervengo mucho en las conversaciones de un bloguero dejo de opinar aunque permanezca escuchando lo que hablan los vecinos y por un tiempo me muerda los labios o me amarre los dedos para no opinar de nuevo. Y busco otras charlas donde meter mi cucharada.
Comentarios
Es algo que me pasa muy frecuentemente, cuando estoy haciendo fila (o cola, como decimos aquí) en el banco, en el supermercado.. Siempre me divierte escuchar a los demás. El tiempo perdido se me hace mas entretenido y alguna vez mas que otra, termino en franca conversación con mis vecinos de espera.
Mi hijo siempre preguntaba: "mamá y tu conocías a esa señora?". Ahora sólo repite: "caramba! por qué te gusta tanto hablar con extraños?". Siempre respondo que los oidos y la lengua se hicieron para usarlos, jejeje.
Saludos desde la Sultana del Avila
Liz
Por favor, métete en las conversaciones de mi blog, no seas así...
Voy a inventarme algo para mantener tu sitio siempre abierto y así refrescar a diario porque sé que escribes todo el tiempo.
Un saludo...
Funciona de maravilla :)
Saludos,
Bueno, no siendo mas,
un saludo!