Encontrarme hoy en el lanzamiento de las licencias Creative Commons en Colombia fue una confrontación con la escuela de años pasados. No soy quién para explicar o comentar la aplicación de las licencias Creative Commons(CC). Muchos de mis lectores saben más que yo de ese tema y para eso existe gente como Carolina Botero para que nos explique si de alguna forma son vinculantes, y todas esas cosas del derecho que los legos desconocemos.
Mi formación académica y profesional ha estado muy vinculada con la protección de la propiedad intelectual. Lo mío fue verla desde el lado de las multinacionales farmacéuticas que buscan proteger su inversión contra una serie de terceros que desean lucrarse sin retribuir nada a quienes mal que bien se han gastado un platal sacando productos al mercado. Por eso el enfoque que he tenido ante los asuntos de la PI han sido más bien conservador y tradicionalista.
Como decía al comienzo, lo de esta mañana fue un sacudón. Ver una vez más que hay creadores que no buscan de manera inmediata la retribución económica de su trabajo (o no la buscan nunca) sacude a quienes como yo han venido pensando solamente en la forma de ver la propiedad intelectual que se creó en el siglo XIX y XX. Pero como decía el profesor Lessig: "las licencias Creative Commons no buscan acabar con el copyright". Éste hace parte de la forma tradicional de ver los derechos de los autores de obras creadas "por el espíritu" como nos dijeron los abogados hoy que decía la legislación colombiana. Creative Commons busca complementarlas.
El hecho es que los argumentos sencillos y contundentes expresados en la mañana de hoy me hacen pensar ¿por qué no? Es posible ver la vida de un modo diferente y esto no significa necesariamente trabajar para otros para que ellos se enriquezcan. Es posible expresar la vocación creativa, es posible beneficiarse de ella y también es posible que los otros la transformen e incluso la mejoren. Todo dentro de una condiciones determinadas que protegen y fomentan la actividad creadora.
Varios de mis lectores protestaron cuando, en aras de evitar que mi trabajo fotográfico "enriqueciera" a otros, marcaba mis fotos de tal forma que les restaba el valor artístico. Intenté un par de veces no hacerlo y siempre volvía a señalarlas con alguna marca de agua que dijera: esto es solo de Mauricio Duque Arrubla y de nadie más. Todo lo demás de este blog ha sido publicado con la despreocupación del que no le importaba si alguien lo copiaba y lo transformaba. Así debería ser siempre.
Después de una reflexión que también debe ser causada por estar casi un año alejado de los intríngulis de las patentes, marcas y la información no divulgada, hoy me acojo plenamente a las licencias Creative Commons en lo que respecta a textos míos publicados en mis blogs. Incluso he estado pensando en que los libros que ando escribiendo sean liberados al público bajo esta autorización de uso, en versión electrónica. Al fin y al cabo, alguien desconocido como yo no tiene la menor posibilidad de ser escogido por las editoriales famosas que mencionaba como un sueño en un post anterior. Y a lo mejor ese lanzamiento al público me ayude a ir ganando reconocimiento poco a poco. También permitiría que alguien más experto que yo los revise y haga sugerencias para mejorarlos o haga sus propias versiones en las cuales, de acuerdo con estas licencias, dirá que se basó en mi trabajo y que lo mejoró él o ella. Y cuando ya sea famoso, siempre habrá quién prefiera leer un libro bien editado a una versión mal impresa en la casa o hacerlo en una pantalla.
Cuando entienda cómo, incluiré los respectivos logos y explicaciones que sean necesarias. Mientras tanto, se puede copiar lo que sea de este blog mientras se reconozca que surgió de aquí, se puede modificar o alterar y se puede divulgar mientras se haga bajo una licencia CC y no implique beneficio comercial. Cualquier otra opción, poco probable en realidad, podemos negociarla.
Este trabajo está licenciado bajo una licencia Creative Commons Atribución-No comercial-
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