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¿Y ahora qué?

He terminado mi diplomado en escrituras creativas. ¿Ahora qué?

Puedo afirmar que aprendí cosas nuevas. Por ejemplo el reto de eliminar las palabras genéricas, equívocas, como la que acabo de usar: "cosa." Mi primer ejercicio sería entonces describir con claridad lo que aprendí.

Entendí lo que es escribir un cuento. Soy consciente de algunos de los elementos que debo tener en cuenta cuando escribo. Más o menos logré un esquema de cómo debe ser mi proceso de revisión para que sea más efectiva. Aprendí lo de los dos hilos en las historias, el dato escondido y algunas de esas sorpresas que nos dan los autores.

Tengo además una especie de tarea conmigo. Es a muy largo plazo porque se trata de releer los cuentos que me gustan para descubrir con claridad por qué me fascinaron en alguna ocasión o tal vez desencantarme de su lectura. También debo leer con dedicación los cuentos de genios como Cortázar y Borges para entender qué los hace maestros en el cuento. Ya algo he descubierto de eso y cada vez los admiro más.

Antes lo que me fascinaba era las historias y a veces me 'saltaba' los intermedios entre los diferentes nudos, perdiéndome ambientaciones importantes o caracterizaciones de personajes. Ahora le encuentro el encanto a todos estos "rellenos" que nunca sobran porque en el cuento bien escrito nada sobra. Como en el cine bien hecho, todo está ahí por alguna razón.

Descubrí diferentes formas de narrar que me mostraron mis compañeros de clase. Un abrazo a todos y nos vemos pronto para continuar nuestro gran proyecto. También conocí el encanto de la crónica y el testimonio. En resumen, salgo con el convencimiento que escribir es mi profesión. Tal vez no sea la única pero no se va a quedar por ahí extravida entre las responsabilidades que generan dinero. A lo mejor ésta también empieza a producir algo y dentro de unos años algunos de ustedes dirán, cuando Alfaguara, Planeta o Alianza publiquen uno de mis libros, que me leyeron cuando era un blogger aficionado que a veces no tenía nada qué decir.

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