Yo debía tener seis o siete años cuando murió el generalísimo Franco. Su deceso fue precedido por días de incertidumbre sobre su salud. Como mi mamá siempre ha permanecido con un radio al lado, sintonizado en las noticias de RCN, cada 'Extra suceso' era esperado como la muerte del dictador. Recuerdo que hubo muchos en esa época, tal vez por la ansiedad de un pequeño de saber que se había muerto Franco aunque no tenía la menor idea de quién era ese señor.
Franco mismo había elegido a su sucesor, Juan Carlos de Borbón. Por ahí oí alguna vez que Franco no hubiera esperado todos los cambios que su heredero hizo en le vida española.
Empezamos en estos días otro tiempo como el de hace treinta años. Fidel está grave, no hay duda. Y cada corte de emisión de cualquier estación de Radio o Televisión nos va a hacer decir como hace décadas "Se murió Fidel". A lo mejor, con tanta noticia de orden público y de las guerras en oriente medio nos tomen del pelo un buen rato hasta que nos cuenten el fin de esta historia. A lo mejor ocurre el milagrito y el final es feliz para Fidel. Y si no es así, su sucesor ya está elegido y, quien quita, tal vez nos sorprenda con cambios en la vida cubana. Pero igual nos queda Chavez para remplazar al figurín que tal vez se nos va.
Han venido a mi memoria los recuerdos de una época en la que los medios no tenían tantas fuentes de información como ahora pero se enfrentaron, como hoy, a la salud de un dictador que es considerada secreto de estado y ellos mismos no sabrán nada sino lo que el Partido quiere que nos cuenten.
Franco mismo había elegido a su sucesor, Juan Carlos de Borbón. Por ahí oí alguna vez que Franco no hubiera esperado todos los cambios que su heredero hizo en le vida española.
Empezamos en estos días otro tiempo como el de hace treinta años. Fidel está grave, no hay duda. Y cada corte de emisión de cualquier estación de Radio o Televisión nos va a hacer decir como hace décadas "Se murió Fidel". A lo mejor, con tanta noticia de orden público y de las guerras en oriente medio nos tomen del pelo un buen rato hasta que nos cuenten el fin de esta historia. A lo mejor ocurre el milagrito y el final es feliz para Fidel. Y si no es así, su sucesor ya está elegido y, quien quita, tal vez nos sorprenda con cambios en la vida cubana. Pero igual nos queda Chavez para remplazar al figurín que tal vez se nos va.
Han venido a mi memoria los recuerdos de una época en la que los medios no tenían tantas fuentes de información como ahora pero se enfrentaron, como hoy, a la salud de un dictador que es considerada secreto de estado y ellos mismos no sabrán nada sino lo que el Partido quiere que nos cuenten.
Comentarios
Pero, como dicen en inglés: wishful thinking...
En fin, saludos desde Caracas.-- Liz
elízabeth. Hay muchos como tú que desean que se muera de una vez. Yo todavía no estoy seguro porque no creo que cambie mucho si se muere o no. las cosas seguirán más o menos igual. Saludos para ti también