Una mujer ha vuelto a la vida sin irse de ella. Maria Antonia Calvo había dejado de existir sin ella darse cuenta. Sólo cuando se dispuso a preparar la documentación para su matrimonio descubrió que había sido declarada muerta 14 años atrás. Así lo cuenta El País.
Dice que posiblemente el hecho es casuado por una herencia. Alguien quiso matarla sin tomarse la molestia de quitarle la vida y casi lo logra. Aleluya, ha resucitado y por fin se pudo casar.Hay quien diría que ha resucitado sólo para quitarse la vida de nuevo al contraer matrimonio.
Eso de contraer suena como una enfermedad infecciosa, y su comportamiento lo confirma. Se va propagando entre los bogotanos y son pocos los naturalmente inmunes al contagio. Aunque desde el punto de vista de la cultura popular, son los inmunizados los que finalmente no sobreviven. La mayoría de los contagiados perduran aunque sea en carnes ajenas. Aunque algunos de los inmunizados se dan las mañas para prolongar su existencia sin el sagrado vínculo del matrimonio y otros de los enfermos terminan allí y ninguna otra persona llevará sus genes. Estoy entre estos últimos.
Dice que posiblemente el hecho es casuado por una herencia. Alguien quiso matarla sin tomarse la molestia de quitarle la vida y casi lo logra. Aleluya, ha resucitado y por fin se pudo casar.Hay quien diría que ha resucitado sólo para quitarse la vida de nuevo al contraer matrimonio.
Eso de contraer suena como una enfermedad infecciosa, y su comportamiento lo confirma. Se va propagando entre los bogotanos y son pocos los naturalmente inmunes al contagio. Aunque desde el punto de vista de la cultura popular, son los inmunizados los que finalmente no sobreviven. La mayoría de los contagiados perduran aunque sea en carnes ajenas. Aunque algunos de los inmunizados se dan las mañas para prolongar su existencia sin el sagrado vínculo del matrimonio y otros de los enfermos terminan allí y ninguna otra persona llevará sus genes. Estoy entre estos últimos.
Comentarios
Estoy de acuerdo. Los gustos son caprichosos. Quizá obras mundialmente reconocidas a uno sólo puedan causarle dolor de estómago. Lo entiendo perfectamente. Sin embargo prefiero oir mil veces un argumento completamente humano como el prescrito a uno en el cual se intente desmeritar una obra que, se como sea, véase por donde se vea, es un clásico.
Acepto con gusto la honestidad de Restrepo, pero su prepotencia disfrazada de nobleza me sobresalta.
Att.
Orlando.