Los famosos cigarros cubanos son enrollados a mano por expertos operarios que se sientan todo el día a darle forma a las hojas del tabaco. Eso se hace en medio del clima habanero que puede llegar a ser sofocante en el verano. La maniobra, rutinaria hasta el tedio, es parte del reconocido éxito de los habanos.
Para combatir ese aburrimiento a alguien se le ocurrió hace muchísimos años incluir una persona que entretuviera a los torcedores leyéndoles libros. De allí han salido famosos nombres que, inspirados en obras de la literatura universal, hoy distinguen a los habanos: 'Montecristo', 'Romeo y Julieta' y 'Sancho Panza', por ejemplo. Los personajes aquellos son conocidos como lectores de tabaquería y si no estoy mal todavía son usados en las fábricas de cigarros alternando las obras de literatura con revistas y artículos doctrinarios del partido comunista.
Ayer me recordaron la existencia de estos torcedores en una conferencia en la Feria del Libro y como una revelación me llegó lo que hoy es el título de esta entrada. Me fascina leer en voz alta y lo hago a veces para tratar de mejorar la dicción y la vocalización al poderme escuchar e incluso grabar. Por eso tuve claro que si alguien me preguntara por el trabajo que me gustaría tener, si no me preocupara el dinero y sin importar la época de la historia donde debiera localizarme, yo le contestaría, parodiando la pregunta que nos hacían cuando niños: "cuando crezca quiero ser lector de tabaquería".
¿Que te gustaría ser cuando seas grande?
PS. Octubre 2019: Parece que crecí y nunca actualicé esta entrada. Tres años después de escribirla ya tenía mi podcast llamado, por supuesto, Lecturas de tabaquería. A veces leo mucho, a veces pasan años sin leer.
También puede oírse en Spotify
Para combatir ese aburrimiento a alguien se le ocurrió hace muchísimos años incluir una persona que entretuviera a los torcedores leyéndoles libros. De allí han salido famosos nombres que, inspirados en obras de la literatura universal, hoy distinguen a los habanos: 'Montecristo', 'Romeo y Julieta' y 'Sancho Panza', por ejemplo. Los personajes aquellos son conocidos como lectores de tabaquería y si no estoy mal todavía son usados en las fábricas de cigarros alternando las obras de literatura con revistas y artículos doctrinarios del partido comunista.
Ayer me recordaron la existencia de estos torcedores en una conferencia en la Feria del Libro y como una revelación me llegó lo que hoy es el título de esta entrada. Me fascina leer en voz alta y lo hago a veces para tratar de mejorar la dicción y la vocalización al poderme escuchar e incluso grabar. Por eso tuve claro que si alguien me preguntara por el trabajo que me gustaría tener, si no me preocupara el dinero y sin importar la época de la historia donde debiera localizarme, yo le contestaría, parodiando la pregunta que nos hacían cuando niños: "cuando crezca quiero ser lector de tabaquería".
¿Que te gustaría ser cuando seas grande?
PS. Octubre 2019: Parece que crecí y nunca actualicé esta entrada. Tres años después de escribirla ya tenía mi podcast llamado, por supuesto, Lecturas de tabaquería. A veces leo mucho, a veces pasan años sin leer.
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Comentarios
Un excelente post y hermosa imagen que en su texto me recuerda uno de los DERECHOS IMPRESCRIPTIBLES DEL LECTOR (EL 9):
1.-El derecho a no leer
2.-El derecho a saltarse las páginas
3.-El derecho a no terminar un libro
4.-El derecho a releer
5.-El derecho a leer cualquier cosa
6.-El derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual)
7.-El derecho a leer en cualquier lugar
8.-El derecho a hojear
9.-El derecho a leer en voz alta
10.-El derecho a callarnos
Saludos desde la Perla del Otún.
Saludos...