Hoy anduve en uno de esos sitios donde todos o casi todos somos iguales. No es el cementerio aunque después de todos los escándalos que se han conocido por corrupción en sus miembros podría decirse que está a punto de pasar a mejor vida. Es el DAS, Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia. Mi diligencia iba encaminada a obtener el certificado de carencia de antecedentes judiciales para usarlo en el trámite de la visa de Costa Rica.
Pues la impresion incial era de una gran mejora en los procesos desde la última vez que hice este trámite, como 12 años atrás. Porque se solicita la cita por Internet y la fila de los que asistimos con cita era bastante más corta que la de aquellos que llegaron sin más ni más a solicitar el documento. En el formulario de solicitud por Internet piden que se ingrese una serie de datos que cuando llega uno al DAS debe volver a escribir en una tarjeta de cartulina y cuando está en la ventanilla debe de nuevo repetirle a la funcionaria a cargo. Es la única falla que le vi a este proceso. Me pareció simpática la fila, pues los que esperábamos inicialmente estábamos sentados y la fila se iba moviendo y nosotros íbamos cambiando de asiento. Es una forma curiosa y algo picapiedra de guardar los turnos.
Había visto que la entrega del documento final era bastánte rápida después de pasar por la ventanilla y cuando me encontraba sentado aguardando me hicieron señas que debía acercarme otra vez y me avisaron que como el trámite era para solicitar visa pues debía hacer un proceso adicional y me mandaron a otro sitio. Allí esperé hasta que pasado un rato me llamaron y me tomaron otra foto con un aparato gigante con los logos de SAGEM (esa empresa que está en medio de otro escándalo por la licitación de las cédulas en la registraduría). En ese mismo aparato me tomaron huellas dactilres pero de las que son por biometría y no con tinta. Le pregunté a la funcionaria que operaba el aparato la razón de este trámite adicional y me dijo que era por los consulados, para tener la información sistematizada para que, en vez que los consulados la pidan, el DAS se las envía motu propio. Resulta que esta fotografía que me tomaron será guardada por muchos años y usada como referencia mía y precisamente el día de hoy iba bastante descachalandrado. Y así quedará mi recuerdo gráfico para la posteridad.
El proceso que parecía no iba a demorar más de media hora termino en dos horas y media porque después de la biometría en el aparato de la firma cuestionada tuve que esperar de nuevo un rato largo a que me entregaran mi cédula y mi pasado judicial. En esta espera me encontré a una concejal de Bogotá de origen indígena, la que estuvo acusada de inhabilidades para ejercer este cargo por su edad. Ella aparentemente sí hizo valer sus influencias de concejal y minoría porque a pesar de no llevar mucho tiempo, se acerco a la puerta frente a la que esperábamos los demás y finalmente a los cinco minutos salió con su documento, muy campante.
En toda esta espera leí unas páginas de Harry Potter, el libro 4, preparándome para la película que estrenan ahora en noviembre y pensé sobre los funcionarios que trabajan en esta sección del DAS. Eran por lo menos cincuenta, todos muy diligentes y amables, a pesar de la espera, quienes ajenos a toda la posible corrupción de las altas esferas están en la incertidumbre de saber qué va a pasar con este organismo de inteligencia estatal. Ellos hicieron el trámite muy llevadero y bastante más rápido que la vez anterior, incluso después del trámite adicional que tuve por irme de viaje.
Cuando salía pensaba que en realidad no todos somos iguales, si hay alguna influencia puedo obtener mi pasado judicial más rápido pero en este tiempo de "Tómalo con calma" no había afán. Ahora a prepararme para disfrutar el viaje a México y Costa Rica que se concreta cada vez más.
Pues la impresion incial era de una gran mejora en los procesos desde la última vez que hice este trámite, como 12 años atrás. Porque se solicita la cita por Internet y la fila de los que asistimos con cita era bastante más corta que la de aquellos que llegaron sin más ni más a solicitar el documento. En el formulario de solicitud por Internet piden que se ingrese una serie de datos que cuando llega uno al DAS debe volver a escribir en una tarjeta de cartulina y cuando está en la ventanilla debe de nuevo repetirle a la funcionaria a cargo. Es la única falla que le vi a este proceso. Me pareció simpática la fila, pues los que esperábamos inicialmente estábamos sentados y la fila se iba moviendo y nosotros íbamos cambiando de asiento. Es una forma curiosa y algo picapiedra de guardar los turnos.
Había visto que la entrega del documento final era bastánte rápida después de pasar por la ventanilla y cuando me encontraba sentado aguardando me hicieron señas que debía acercarme otra vez y me avisaron que como el trámite era para solicitar visa pues debía hacer un proceso adicional y me mandaron a otro sitio. Allí esperé hasta que pasado un rato me llamaron y me tomaron otra foto con un aparato gigante con los logos de SAGEM (esa empresa que está en medio de otro escándalo por la licitación de las cédulas en la registraduría). En ese mismo aparato me tomaron huellas dactilres pero de las que son por biometría y no con tinta. Le pregunté a la funcionaria que operaba el aparato la razón de este trámite adicional y me dijo que era por los consulados, para tener la información sistematizada para que, en vez que los consulados la pidan, el DAS se las envía motu propio. Resulta que esta fotografía que me tomaron será guardada por muchos años y usada como referencia mía y precisamente el día de hoy iba bastante descachalandrado. Y así quedará mi recuerdo gráfico para la posteridad.
El proceso que parecía no iba a demorar más de media hora termino en dos horas y media porque después de la biometría en el aparato de la firma cuestionada tuve que esperar de nuevo un rato largo a que me entregaran mi cédula y mi pasado judicial. En esta espera me encontré a una concejal de Bogotá de origen indígena, la que estuvo acusada de inhabilidades para ejercer este cargo por su edad. Ella aparentemente sí hizo valer sus influencias de concejal y minoría porque a pesar de no llevar mucho tiempo, se acerco a la puerta frente a la que esperábamos los demás y finalmente a los cinco minutos salió con su documento, muy campante.
En toda esta espera leí unas páginas de Harry Potter, el libro 4, preparándome para la película que estrenan ahora en noviembre y pensé sobre los funcionarios que trabajan en esta sección del DAS. Eran por lo menos cincuenta, todos muy diligentes y amables, a pesar de la espera, quienes ajenos a toda la posible corrupción de las altas esferas están en la incertidumbre de saber qué va a pasar con este organismo de inteligencia estatal. Ellos hicieron el trámite muy llevadero y bastante más rápido que la vez anterior, incluso después del trámite adicional que tuve por irme de viaje.
Cuando salía pensaba que en realidad no todos somos iguales, si hay alguna influencia puedo obtener mi pasado judicial más rápido pero en este tiempo de "Tómalo con calma" no había afán. Ahora a prepararme para disfrutar el viaje a México y Costa Rica que se concreta cada vez más.
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