Los que me seguían en twitter me han oído hablar de mi archivo fotográfico impreso. Vamos a contar algo de eso acá.
Sucede que hace un año compré una impresora profesional para imprimir mis fotos favoritas con materiales de calidad de archivo y almacenarlas con igual cuidado. Así habrá un archivo que me sobreviva cuando ya no esté (puede ser mañana, puede ser en 40 años) y que de pronto pueda interesar a alguien. O terminar siendo un encarte para quien organice mis cosas cuando yo muera.
Todo empezó hace muchos años, creo que en 2015, cuando decidí empezar a hacer una selección anual de mis fotos favoritas. En esa ocasión el proceo incluiría identificar las fotos favoritas desde que tengo archivos electrónicos hasta 2015. Y el plan incluía imprimirlas y hacer un collage en la pared.
La impresora que usaba en ese tiempo es una HP multifuncional que si se usaban (se usan, la tengo aún) los papeles adecuados producía resultados de muy buena calidad. Es que en general si se usan papeles finos todas las impresoras actuales pueden producir excelentes fotografías impresas.
En algún momento, al ver la diferencia que es tener la foto en las manos a lo que es verla en una pantalla, decidí armar una especie de catálogo de mi trabajo. Seguí usando la misma impresora, un papel Canon y unos fólderes de los que venden en papelerías que son como bolsillos de PVC. Y esas hojas con bolsillos se legajan en unas pastas que se encuadernan con unos tornillos.
También tomé la costumbre de seleccionar mis fotos favoritas de cada año y para hacer la selección de las últimas 10 (o más, dependiendo del año) imprimía las que eran candidatas y las pegaba con cinta en una de las paredes de mi apartamento. Verlas impresas ayudaba a seleccionar las finalistas y definir su orden hasta escoger la primera. Hay que aclarar que el criterio de favorita no significa que sean las mejores fotos sino las que a mí más me sacudan el corazoncito. A veces la técnica no es la mejor pero la historia que cuenta es la que define que sea de mis favoritas.
Luego hice unos libros con esas fotos. Tres libros de los cuales la idea era hacer un solo ejemplar, para mí. Del primero hubo gente que encarg+o y se vendieron como 10. Fueron hechos en impresión por demanda y empastados a mano por un encuadernador en el barrio Ricaurte en Bogotá. De esos libros hablé antes en este blog: del primer libro (y los otros tres) http://blog.duquearrubla.com/2021/04/el-libro.html y del segundo y el tercero http://blog.duquearrubla.com/2021/07/los-libros-personas-animales-y-cosas.html. Los videos mostrando los libros están acá: https://duquearrubla.co/booksHubo un cuarto libro diseñado, con fotos hechas durante el confinamiento. Desde las ventanas de mi apartamento o cuando salía a hacer la compra o a caminar un poco. Ese libro no se ha impreso todavía y no sé si llegue a imprimirse.
Y después de eso fue que surgió la idea de la impresión de alta calidad, con tintas de pigmento libres de ácido y papeles tipo "fine art", cartones tipo museo, cajas de archivo libres de ácido y esquineros también calidad de archivo para fijar las fotos en los cartones y archivarlas así en las cajas. Hay videos de las fotos que han sido impresas. Los ven acá: https://duquearrubla.co/printed-archive
Y ese es el proyecto que me ha mantenido ocupado en 2022. He aprendido montones sobre impresón profesional y ahora sé que me falta aprender mucho más para tener de verdad habilidades y práctica.
La impresora que compré, una Canon image prograf Pro-10000 es reconocida por gastar mucha tinta limpiando conductos e inyectores. Y si ya las tintas son un elemento costoso (aunque por mL son más económicas que las de la impresora HP), imagínense el dolor que se siente si se usan para limpieza. Pero lo sabía desde antes, que es un hobby caro y que si uno no imprime con frecuencia la impresora gasta aún más tinta en esos ciclos de limpieza. Las tintas además son las originales porque, aunque hay atajos para usar tintas de otras marcas más económicas, si el interés es longevidad de las fotos las mejores tintas son las originales. Hay otras impresoras que usan tintas llamadas "dye ink" que también pueden producir impresiones que duren cien o más años.
Todos los papeles que he usado son de la marca Hahnemühle. Empecé con unos paquetes de muestras y luego he ido comprando diferentes papeles. Entonces se puede ver cómo al principio usaba unos y los he ido cambiando. Compro uno nuevo cuando se va a acabar el anterior y por eso se ve que las fotos de cierto rango de tiempo son en unos papeles específicos y cambian en algún momento. Es la disponibilidad de cada papel la que define su uso porque mantenr inventario de muchas referencias significa tener mucho dinero quieto en unos cajones (mucho más del que ahora tengo).
Después de tantas palabras técnicas, al final lo importante es ver en una impresión bellísima cada foto. Es conocer lo máximo (o cerca) que pueden ofrecer mis fotos y cómo puede mejorar la técnica de la captura o del proceso (revelado digital). Es recordar el momento en que tomé la foto, quién estaba conmigo, qué pasaba por mi vida, si era feliz o no. Tal vez en un futuro alguien pueda identificar cada etapa de mi vida. He escrito mucho de eso en tuits pero doy por hecho que más temprano que tarde toda esa información se perderá. Como también este blog.
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