I Tarde descubrieron los reyes magos que la famosa señal divina en el horizonte no era otra cosa que una artimaña ordenada por Herodes para alejarlos de la escena del crimen. II No habían notado los tres viajeros del oriente cuánto habían cambiado los tiempos hasta que en uno de sus viajes anuales a Belén se encontraron con un funcionario de aduana, ateo, que decomisó el incienso y la mirra. Adujo que eran materiales de origen vegetal proveniente de especies en vías de extinción. Gaspar y Baltasar fueron autorizados a seguir sin su cargamento. Prefirieron no continuar hasta que el dedicado funcionario quedara satisfecho con la explicación sobre el origen lícito del oro que portaba Melchor en sus valijas; hasta que se convenciera que no se trataba de la utilidad de un tráfico de sustancias prohibidas por Roma, ni de contrabando ni del robo de un museo. El funcionario es bastante testarudo y la discusión prosigue. III* Baltasar había alistado su celular