Cometí la estupidez de extraviar en México mi certificado judicial expedido por el famoso DAS y ahora que necesito uno nuevo he tenido que pagar las consecuencias. En noviembre pasado tuve una buena experiencia en esta entidad y hasta escribí sobre el tema en este blog. En esta ocasión todo ha sido diferente y el sistema para expedición de estos documentos muestra su inoperancia. En cambio, la solicitud de antecedentes disciplinarios en el Super Cade de Bogotá fue toda una delicia. Fui hasta allá mientras dejaba lavando el carro y cuando lo obtuve y volví aún faltaba mucho por terminar el baño de mi autito.
Pero el tema de hoy no era eso sino parte de la conversación de las dos mujeres que estaban tras de mi en la fila de la madrugada en el DAS. Se quejaban de los canales que van moviendo las novelas a un horario cada vez más tardío a medida que van tomando audiencia y cuando lanzan unas nuevas. Yo no entiendo qué hace que la gente siga una novela sin importar la hora y que a pesar de las quejas se queden pegados a la pantalla de la caja boba; de la misma forma que no entiendo por qué la gente se mata por el fútbol. Entiendo que les guste el deporte y que no se pierdan un partido y no se despeguen de la tele, como si fueran telenovelas. Pero de ahí a ver como si fueran dioses a un grupo de mercenarios que trabajan por un salario a veces ridículo para una empresa como cualquier otra no encaja en la cabeza. No me 'concorda' el cerebro como decía Pantaleón, un conocido mío. Es como si yo me hiciera matar por la coca cola o la chocolatina Jet. No le veo sentido pero tal vez la falta algo de pasión a mi vida.
Volviendo al tema, oigo a mi mamá quejarse de lo mucho que sufren los televidentes esperando una novela que con frecuencia tildan de pésima o aguardando un infame noticiero de 15 minutos casi a medianoche. Ya los sociólogos habrán explicado por qué suceden estos fenómenos cuando la gente tiene la opción simple de dormirse más temprano o de sentarse a conversar con el esposo o la esposa. Tal vez es que eso de charlar no es tan sencillo especialmente si es con (o contra) el conyuge. No se les está pidiendo que hagan un gran esfuerzo intelectual y lean cualquier cosa que se les pase por en frente como la revista carrusel. El hecho es que se prefiere el aparente martirio de la espera y a los demás nos aguarda la queja diaria de lo tarde que pasan las novelas y cómo nunca se logrará saber el horario.
Yo no se si en otros países haya casos parecidos de irrespeto al televidente en la programación pero los canales de cable extranjeros son cumplidísimos y hasta con un mes de antelación sabemos lo que nos van a proponer. Mientras tanto, para los colombianos maltratados la solución sería que no vieran más las novelas como medida de presión. Pero debe haber algún motivo para que los televidentes prefieran esperar hasta tarde; las otras opciones deben ser casi el infierno. O a lo mejor los que se quejan no son tantos y el grueso del rating está contento.
En fin, ya me desahogué y me dedicaré a seguir aprendiendo programación en Visual Basic con Microsoft Access para mi sistema de información. Algún día les contaré sobre él.
Pero el tema de hoy no era eso sino parte de la conversación de las dos mujeres que estaban tras de mi en la fila de la madrugada en el DAS. Se quejaban de los canales que van moviendo las novelas a un horario cada vez más tardío a medida que van tomando audiencia y cuando lanzan unas nuevas. Yo no entiendo qué hace que la gente siga una novela sin importar la hora y que a pesar de las quejas se queden pegados a la pantalla de la caja boba; de la misma forma que no entiendo por qué la gente se mata por el fútbol. Entiendo que les guste el deporte y que no se pierdan un partido y no se despeguen de la tele, como si fueran telenovelas. Pero de ahí a ver como si fueran dioses a un grupo de mercenarios que trabajan por un salario a veces ridículo para una empresa como cualquier otra no encaja en la cabeza. No me 'concorda' el cerebro como decía Pantaleón, un conocido mío. Es como si yo me hiciera matar por la coca cola o la chocolatina Jet. No le veo sentido pero tal vez la falta algo de pasión a mi vida.
Volviendo al tema, oigo a mi mamá quejarse de lo mucho que sufren los televidentes esperando una novela que con frecuencia tildan de pésima o aguardando un infame noticiero de 15 minutos casi a medianoche. Ya los sociólogos habrán explicado por qué suceden estos fenómenos cuando la gente tiene la opción simple de dormirse más temprano o de sentarse a conversar con el esposo o la esposa. Tal vez es que eso de charlar no es tan sencillo especialmente si es con (o contra) el conyuge. No se les está pidiendo que hagan un gran esfuerzo intelectual y lean cualquier cosa que se les pase por en frente como la revista carrusel. El hecho es que se prefiere el aparente martirio de la espera y a los demás nos aguarda la queja diaria de lo tarde que pasan las novelas y cómo nunca se logrará saber el horario.
Yo no se si en otros países haya casos parecidos de irrespeto al televidente en la programación pero los canales de cable extranjeros son cumplidísimos y hasta con un mes de antelación sabemos lo que nos van a proponer. Mientras tanto, para los colombianos maltratados la solución sería que no vieran más las novelas como medida de presión. Pero debe haber algún motivo para que los televidentes prefieran esperar hasta tarde; las otras opciones deben ser casi el infierno. O a lo mejor los que se quejan no son tantos y el grueso del rating está contento.
En fin, ya me desahogué y me dedicaré a seguir aprendiendo programación en Visual Basic con Microsoft Access para mi sistema de información. Algún día les contaré sobre él.
Comentarios
Normalmente se sientan a verla como si fuera un ritual, no pueden faltar a ella y pobre de quien los interrumpa.
Si suena el teléfono, que otro conteste, si llaman a la puerta que otro abra, etc.
Esperaré el post sobre Visual Basic.
Cariños.
Acá, el abuso de las telenovelas es que cuando tienen mucha audiencia (están pegadas, decimos); pues las alaaaargan hasta el fastidio.
Yo, por mi parte, no veo novelas desde hace como 20 años. Gracias a Dios por el cable, los libros, la cocina, las labores manuales e Internet!!!!
Liz
Jajajajaja
Besitos Mauro....Ring!!! Ring!!!