Línea base, porque quiero definir lo que pienso recién pasados los anuncios de la Habana sobre desmovilización de las FARC
El pasado jueves 23 de junio se anunció el acuerdo para desmovilización y desarme de las FARC. Me emocioné, me hizo feliz pensar que eso iba a acabarse. Yo sí pensé que viviría ese momento pero nunca pensé que fuera por un mecanismo distinto a la derrota militar. Mucho de lo que escribiré acá puede ser idea de alguien más, que se lo oí a alguien y ya lo siento como propio, pero así es la formación de pensamiento y opinión.
Pienso que es un paso que no tiene reversa. Por más que haya desconfianza, traiciones, sabotajes, esto no tiene retorno. Pienso que el trabajo hecho por el equipo liderado por Humberto de la Calle fue serio y metódico. En realidad si no fuera por su presencia me hubiera opuesto desde el principio y durante el proceso.
Me contaba Irma Milena que gracias al proceso de paz, que lleva varios años, ella puede ir a lugares donde antes no podía. Eso en realidad siginifica que las personas que ella visita en sus fincas pueden trabajar con tranquilidad y que las obras que se aplazaron durante algún tiempo por la violencia se pudieron y podrán hacer
Pienso hacer campaña por el sí, en el plebiscito. Si se da. Pero también pienso oír con más juicio a los que no están a favor del proceso. Sus razones tienen, sean válidas o no. Hay que oírlas para tenerlas en cuenta o para identificar de dónde salen los errores y malas interpretaciones. Porque además esos errores pueden ser míos. Así una mayoría aplastante vote sí al plebiscito eso no hace que los que voten No dejen de existir, sean menos valiosos o pierdan sus derechos. Al contrario, es siempre al que disiente al que mejor hay que oír, al que piensa distinto a mi. De sesgos de confirmación está llena nuestra vida y es fácil aplaudir al que piensa como yo. Mi propósito inicial es oirlos, entenderlos, escucharlos y ponerme en sus pantalones, aun con el riesgo de cambiar de opinión. Ese propósito incluye respetarlos y hacer que sean respetados. No son brutos, ni ignorantes, ni manipulados, ni tienen lavado el cerebro. O al menos no más que yo y los que soñamos con este como el camino a la resolución del conflicto.
Eso no me hace olvidar que en Colombia hay problemas grandes que no se solucionan con la firma de un papel. Pasan por el clasismo, el racismo, la desigualdad, el desprecio por el otro, la desconfianza, la corrupción. Para lograr la verdadera paz hay que trabajar en eso y habrá que tocar creencias fundamentales de todos los colombianos (me incluyo). Pienso que desmovilizar a las FARC nos quita esa excusa autocomplaciente de que eran culpables de todos los problemas colombianos. Algo que ha venido sucediendo desde hace unos años, ya sabemos que hay mucho mas allá de eso.
Soy muy optimista, tal vez ingenuo, soñador. Nunca he estado en política ni en un movimiento de este estilo. He sido supremamente desconfiado con mis compatriotas,en el país y en el extranjero. También de mi ciudad. Tal vez para eso tenía que volver. Para aprender, para deshaceme de todo ese lastre de la desconfianza. El tiempo dirá cómo terminará esto, para mí y para el país, y espero ir contando en este blog cómo voy cambiando (así no lo cuente ustedes lo leerán entre líneas) y si mi opinión sobre la resolución del conflicto se mantiene o se transforma. O ambas
El pasado jueves 23 de junio se anunció el acuerdo para desmovilización y desarme de las FARC. Me emocioné, me hizo feliz pensar que eso iba a acabarse. Yo sí pensé que viviría ese momento pero nunca pensé que fuera por un mecanismo distinto a la derrota militar. Mucho de lo que escribiré acá puede ser idea de alguien más, que se lo oí a alguien y ya lo siento como propio, pero así es la formación de pensamiento y opinión.
Pienso que es un paso que no tiene reversa. Por más que haya desconfianza, traiciones, sabotajes, esto no tiene retorno. Pienso que el trabajo hecho por el equipo liderado por Humberto de la Calle fue serio y metódico. En realidad si no fuera por su presencia me hubiera opuesto desde el principio y durante el proceso.
Me contaba Irma Milena que gracias al proceso de paz, que lleva varios años, ella puede ir a lugares donde antes no podía. Eso en realidad siginifica que las personas que ella visita en sus fincas pueden trabajar con tranquilidad y que las obras que se aplazaron durante algún tiempo por la violencia se pudieron y podrán hacer
Pienso hacer campaña por el sí, en el plebiscito. Si se da. Pero también pienso oír con más juicio a los que no están a favor del proceso. Sus razones tienen, sean válidas o no. Hay que oírlas para tenerlas en cuenta o para identificar de dónde salen los errores y malas interpretaciones. Porque además esos errores pueden ser míos. Así una mayoría aplastante vote sí al plebiscito eso no hace que los que voten No dejen de existir, sean menos valiosos o pierdan sus derechos. Al contrario, es siempre al que disiente al que mejor hay que oír, al que piensa distinto a mi. De sesgos de confirmación está llena nuestra vida y es fácil aplaudir al que piensa como yo. Mi propósito inicial es oirlos, entenderlos, escucharlos y ponerme en sus pantalones, aun con el riesgo de cambiar de opinión. Ese propósito incluye respetarlos y hacer que sean respetados. No son brutos, ni ignorantes, ni manipulados, ni tienen lavado el cerebro. O al menos no más que yo y los que soñamos con este como el camino a la resolución del conflicto.
Eso no me hace olvidar que en Colombia hay problemas grandes que no se solucionan con la firma de un papel. Pasan por el clasismo, el racismo, la desigualdad, el desprecio por el otro, la desconfianza, la corrupción. Para lograr la verdadera paz hay que trabajar en eso y habrá que tocar creencias fundamentales de todos los colombianos (me incluyo). Pienso que desmovilizar a las FARC nos quita esa excusa autocomplaciente de que eran culpables de todos los problemas colombianos. Algo que ha venido sucediendo desde hace unos años, ya sabemos que hay mucho mas allá de eso.
Soy muy optimista, tal vez ingenuo, soñador. Nunca he estado en política ni en un movimiento de este estilo. He sido supremamente desconfiado con mis compatriotas,en el país y en el extranjero. También de mi ciudad. Tal vez para eso tenía que volver. Para aprender, para deshaceme de todo ese lastre de la desconfianza. El tiempo dirá cómo terminará esto, para mí y para el país, y espero ir contando en este blog cómo voy cambiando (así no lo cuente ustedes lo leerán entre líneas) y si mi opinión sobre la resolución del conflicto se mantiene o se transforma. O ambas
Comentarios
Así como la diversidad es necesaria y muy buena en la naturaleza, la diversidad de pensamientos, aunque sean totalmente contrarios a los de uno, nos enriquece a todos y tal vez encontremos que tenemos más cosas que no unan que las que no separa con los "divergentes"; al fin de cuentas queremos un país enfocado en La Paz y en el bienestar de sus ciudadanos con base, lo mas que sea posible, en una igualdad de oportunidades, o no? Tal vez soy idealista también, pero si no sueño no avanzo.