Había escrito este texto y el del próximo post para una nueva revista y no volví a saber de su suerte. Que no se pierda en un naufragio.
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Por qué no leemos
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Por qué no leemos
La humanidad lee desde hace relativamente poco tiempo, la mayor parte de su
existencia ha pasado sin que el ser humano pueda o quiera leer y escribir. La escritura solo apareció hace 5 mil años pero,
a pesar de su invención, el acceso a obras escritas no fue masivo sino hace
pocos siglos. Se dice que Gutenberg inventó la imprenta de tipos móviles
durante el siglo XV, así se facilitó la difusión de información y la
alfabetización de la humanidad. Sin embargo a comienzos el siglo XVII, cuando se publicaba El Quijote, la
costumbre era que la gente escuchara historias en voz alta y que alguien leyera
para grupos. Aparte de la baja alfabetización existente en Europa en esas
épocas, era una cuestión de hábito y tradición. Se afirma que la obra de
Cervantes, por su estructura y forma, estaba pensada para ese tipo de lectura
grupal.
De ahí que preguntarse sobre por qué la gente no lee no es una inquietud
que pudiéramos aplicar a cualquier momento de la humanidad sino a una práctica de
no más de 3 siglos, desde el siglo XVIII, cuando se hizo más común eso de leer
a solas y mentalmente, hasta el día de hoy. ¿Ha logrado cambiar la actitud
humana? ¿Está el rechazo a la lectura vinculado en cierta forma a
comportamientos aprendidos por miles de años que no han sido totalmente
remplazados por el hábito adquirido de la lectura?
Con el muy reciente desarrollo de las telecomunicaciones, suscitado tras la
aparición de los computadoras personales y muy especialmente con la
masificación de las conexiones a internet, comenzamos a hablar de diferentes
medios de consumo de los contenidos que con anterioridad solo podíamos leer en
un libro o escuchar en la voz de un expositor. Hoy día el acto de leer, antes
tan tradicional y apegado al medio que llamamos papel, ha dado saltos que
pueden ser simples cambios de formato o medio de publicación, por ejemplo leer
en libros electrónicos; o complejos como participar en la creación de historias
dinámicas donde cada consumidor desarrolla una argumento diferente sobre un
mismo producto cultural. Es el caso de los juegos de video y el cine interactivo. La tecnología que ha creado nuevas formas de
productos literarios puede también enfocarse a lo más tradicional. Ha abaratado
y facilitado la creación, producción y distribución de las obras. Aunque muy
relacionada con la llamada piratería, también ha facilitado que lectores y en
general usuarios compartan contenidos y que los lleven consigo en dispositivos móviles
capaces de cargar decenas de libros en poco espacio y muy livianos.
Limitemos hoy nuestra pregunta a ‘¿por
qué la gente no lee libros?’ Es posible que en vez de estos soportes las
personas escojan ilustrarse leyendo revistas pero cuando en el común escuchamos
la pregunta ‘¿por qué no leemos?’ nos
referimos casi siempre a leer libros. Diversos estudios muestran que la
tendencia tiene fuertes raíces en nuestra infancia. Así se ha reconocido el
efecto del entorno (padres, hermanos, maestros, compañeros de escuela) y se ha
llegado a la conclusión que actividades como la lectura compartida, en voz
alta, selección de libros adecuados a la edad y hábito de lectura causan
impacto en los hábitos de lectura del adulto.
Existen, otras razones que han sido relacionadas con bajos hábitos de
lectura, y entre muchos otros, resalto estas:
- Métodos de entretenimiento que exigen menor esfuerzo: es definitivamente más fácil engancharse a un ligero programa de televisión que con la mayoría de los libros
- No hay tiempo: las obligaciones sociales y familiares dan la apariencia que el tiempo no nos alcanza para leer
- Los libros son costosos: tengo gastos más apremiantes
- No tengo práctica, me cuesta concentrarme
- Es aburridor
- La vida diaria es dura: escojo algo que me desconecte de la realidad y no me haga sufrir más de lo que el día a día ya me está causando
- Prefiero ver series, películas o usar mi tiempo en juegos de video
- Salud visual (de especial importancia en los niños, uno de los menos mencionados y tal vez menos estudiados): Me canso al leer porque no veo bien y no tengo acceso a lentes
Hay que reconocer también la existencia del paradigma social que dice más o
menos así: “el que lee es culto, es de mejor clase, está en una posición más
alta que los ignorantes que no leen.” Podemos encontrar en ese prejuicio otra
causa importante de que la gente no lea porque no quiere verse diferente a los
demás, que lo traten de sabihondo ni desconectarse de los temas de conversación
de su grupo social. Algunas de las personas quienes leen con frecuencia hacen
ver a los otros como inferiores, de manera consciente o inconsciente. Estas
actitudes generan rechazo al hábito de lectura señalándolo como “de
intelectuales”.
En el próximo post continuaremos este tema y hablaré sobre ¿qué hacer para fomentar el
hábito de lectura?
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