Finalmente la película no llegó a Colombia. La mayor cadena de cinemas la tenía programada para estrenar en mayo y un día desapareció de sus futuros estrenos. Tal vez fue la coincidencia de fecha con la arrolladora Código da Vinci y cualquier teatro adicional para este monstruo era más dinero que el que les daría una película más bien intelectual. Alguien, hilando muy fino, podría decir que no se estrenó por presión del gobierno ya que el tema puede ser urticante para el re-presidente. Yo me inclino por la primera opción porque no creo que estemos tan maduros para que una película, por brillante que sea, mueva a la opinión política. Como nunca la vimos en Colombia, a pesar de sus seis nominaciones al Oscar, aproveché que mi amigo Alejandro venía al país y se la encargué. Finalmente el fin de semana de elecciones la vi y encontré varias secuencias bien interesantes que podrían servirles a los antiuribistas especialmente después de la acusación contra los "comunistas disfrazados&q